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Edgar Allan Poe y sus reglas de composición

Cuando pensamos en cómo se escribe un cuento, instantáneamente dirigimos nuestros pensamientos a Edgar Allan Poe, escritor del siglo XIX. No es por casualidad que se lo considera el padre del cuento moderno; sus textos se convirtieron en los modelos de los subgéneros de terror, policial, fantástico, incluso de ciencia ficción y su escritura influyó en autores de todas las épocas y lugares, como Baudelaire, Bierce, Borges, Dostoievski, Kafka, Lovecraft, Maupassant.

Tumba de Edgar Allan Poe

Este escritor estadounidense nació en Boston el 19 de enero de 1809 y murió en Baltimore el 7 de octubre de 1849. Sus padres murieron cuando era muy pequeño y fue adoptado por un rico matrimonio de Richmond. Su primer amor fue la madre de un compañero de colegio que tenía 30 años y a quien le dedicó el poema “A Helena”. Estudió en la Universidad de Virginia y trabajó en diversos periódicos. En 1835 se casó con su prima Virginia de 13 años. Logró su éxito literario con el poema “El cuervo” en 1845, que fue publicado en el Evening Mirror. Sus trabajos en periódicos nunca le permitieron salir de la pobreza. Su esposa murió de tuberculosis en 1947; esto lo llevó a un intento de suicidio. Estaba por volver a casarse cuando desaparece y es encontrado en Baltimore en estado de delirio. Murió en el hospital días después.

Sobre la filosofía de la composición

La maestría de su estilo nos lleva a reflexionar sobre los mecanismos que utiliza para elaborar historias que mantienen al lector en su silla y lo sorprenden con finales inesperados. En un artículo “La filosofía de la composición” (1846), presenta una serie de consejos prácticos para escribir un cuento, para lo cual utiliza el proceso de creación de “El cuervo”.

El cuervo

Poe considera que el escritor debía tener en claro el final para que todos los hechos estuvieran encaminados hacia ese objetivo. Solo de esa forma se consigue la intención deseada. En ese sentido, Cortázar compara el efecto final de los cuentos en el lector como un knock out. Por eso, la unidad de impresión era fundamental y únicamente se podía lograr sin cortar la lectura.

También establece que es primordial la combinación de elementos para generar cierta complejidad, junto con un poder sugestivo que mantenga cierta indefinición. Es importante que todo esté pensando en función del efecto que se quiere lograr hasta llevar al lector al inevitable final. La primera frase del cuento ya tiene que estar orientada a manipular la lectura hacia el efecto deseado. Para Poe el escritor es un manipulador de emociones y lo logra a través de las palabras con una construcción pensada en sus más mínimos detalles. Otro gran escritor argentino, Borges, planteaba que el cuento no debía tener adjetivos y si eran usados, debían ser precisos, a tal punto necesarios que no pudieran ser eliminados sin cambiar el sentido a la historia.

Sus supuestas reglas de composición

En relación con este texto, un discípulo de Poe elaboró unas reglas de escritura y estableció como un decálogo de ideas para la creación de un cuento perfecto. Si bien Poe nunca escribió un listado de sugerencias, son frases que resumen la metodología de sus cuentos.

  1. Conocer el final, antes de empezar a escribir.
  2. Unidad de efecto o impresión.
  3. Todos los elementos de la historia convergen hacia el efecto final.
  4. Extensión suficiente para que el lector no corte la lectura.
  5. No demasiado breve, de forma de no lograr el efecto.
  6. Estructura compacta y precisa, sin elementos decorativos.
  7. Importancia de la primera frase.
  8. Determinar el clímax para lograr el efecto deseado.
  9. Funcionalidad de todos los elementos.
  10. El poema y el cuento para la expresión del talento.

Mi mirada sobre su escritura

A nivel personal, desde chica me fascinó el cuento “El corazón delator”. Considero que es excelente para iniciarse en la lectura, sobre todo en la actualidad, cuando los chicos suelen estar en contacto con textos de baja calidad literaria.

Este cuento se inicia con una frase que ya nos lleva al efecto final: “¡Es verdad! Soy muy nervioso, horrorosamente nervioso, siempre lo fui, pero ¿por qué pretendéis que esté loco?” Ya nos presenta el narrador protagonista y nos sugiere la presencia de un interlocutor. En ninguna parte se va a aclarar a quién se dirige, pero el lector tiene la capacidad de inferirlo. Poe nunca subestima a sus seguidores, les reconoce la inteligencia suficiente para establecer relaciones y lograr una lectura entrelíneas.

También el título implica un trabajo de interpretación. No podemos dar un sentido a la idea de un corazón que delata. Sin embargo, cuando llegamos al final, volvemos a centrarnos en el nombre del cuento y adquiere relevancia. Todos los elementos apuntan hacia ese final; cada párrafo es un paso adelante en la misma dirección que reafirma la historia. No es casual que llegue a su clímax en la última línea.

Un cuento que siempre me pareció insulso “El tonel de amontillado” logró que lo revalorizara cuando lo leí con detenimiento y observé todos los datos que sugiere el narrador y que le brindan una mayor comprensión a toda la situación que se está relatando.

Los mejores cuentos de Edgar Allan Poe “El corazón delator”, “El tonel de amontillado”, “Berenice”, “El gato negro”, “El retrato oval”, “Los crímenes de la calle Morgue”, “La verdad sobre el caso del señor Valdemar”, “Entierro prematuro”, “La máscara de la muerte roja”, “La caída de la casa Usher”.

Los invito a analizar los cuentos a través de una lectura atenta, o también pueden tomar mi curso de lectura.

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Virna

Escritora. Licenciada en Letras

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